Es una discusión que se oye todo el tiempo. Y nadie parece, a ciencia cierta, tener la verdad «verdadera» sobre el asunto.
Algunos «prestigiosos estudios» dicen que engordas por su culpa.
Otros «renombrados investigadores de la materia» afirman sin margen de error que es fundamental para la vida y la superación. Y que, en algunos casos, sirve para adelgazar.
La cuestión es que nosotras, simples mortales que lo sufrimos a diario, no sabemos si tenemos o no que tener estrés. Y si éste es el culpable, además de los ataques de pánico, del cáncer de ovario y de los ataques cardíacos, de los kilos de más que tanto nos tienen a mal traer.
La última palabra, en todo caso, la tienes tú: sufres estrés y por eso estás más gorda de lo que deberías?
O la culpa la tiene que no controlas tus alimentación?
Aunque se tiende a pensar que el motivo por el cual engorda el estrés es el hecho de descuidar hábitos saludables, lo cierto es que también influyen otros factores. De hecho, no a todo el mundo engorda cuando vive una temporada más ajetreada o sufre más preocupaciones.
¿Por qué algunas personas engordan si están estresadas y otras no? (…) cuando estamos estresados nuestras glándulas suprarenales segregan una hormona llamada cortisol. Este aumento de cortisol produce varios efectos que tienen que ver con el aumento de peso dice Cynthia Rodríguez, dietista-nutricionista de Menudiet.
Estimula la producción de insulina. «En periodos largos los desajustes de azúcar y de insulina en sangre pueden ser perjudiciales porque hacen que aumente el peso y la acumulación de grasa en la zona del abdomen», explica la experta.
Aumenta la retención de líquidos, lo que hace que la subida de peso sea brusca.
Reprime la actividad de la THS (hormona que estimula la tiroides). Si esta glándula no funciona con normalidad, corremos el riesgo de que esta situación nos lleve a sufrir hipotiroidismo, causante de una subida brusca de peso y casi incontrolable.
Deteriora la flora bacteriana, lo que produce un empeoramiento del tránsito intestinal. «El estreñimiento hace que se retengan más líquidos y toxinas en el organismo».
Sin embargo, no siempre engorda el estrés, pues tal como revela Cynthia Rodríguez algunas personas pueden llegar a adelgazar notablemente al mantenerse más activos de lo habitual debido a la pérdida de grasa corporal. «Suelen ser aquellos con una masa muscular muy desarrollada o con un metabolismo muy activo», precisa.
Combatir el estrés con la alimentación
Lo que sí es posible en ambos casos, tanto en el de los que engordan con mucha actividad como los que adelgazan, es convertir la dieta en una gran aliada para combatir el estrés. Así, la nutricionista de Menudiet, explica que para ello es necesario favorecer la formación y el funcionamiento de los principales neurotransmisores (serotonina, acelticolina, dopamina y noradrenalina) relacionados con la energía, la memoria, el aprendizaje, la capacidad de atención y la felicidad.
En líneas generales, la combinación de cereales (en forma de pan, pastas, preparaciones de arroz, etc.), legumbres, verduras y frutas con alimentos proteicos como los pescados, las carnes, los huevos y los lácteos son capaces de moderar los niveles de estrés y ansiedad, facilitar el sueño y minimizar el riesgo de depresión. Esta es la explicación:
Ricos en triptófano: Existen fuentes de origen animal (pescados -sobre todo los azules-, carnes de ave y otras carnes, huevos y lácteos) y fuentes vegetales (como el plátano, los cereales integrales y las legumbres). Para que se lleve a cabo la formación de serotonina nuestros niveles de Vitamina B6 y magnesio deben ser adecuados. Por eso los alimentos ricos en triptófano citados también son fuente de estos dos micronutrientes.
Ricos en vitamina C: Es importante que esté presente en nuestra dieta y no sólo para la formación de serotonina, sino también para la de otros neurotransmisores relacionados con el bienestar mental y el estado de ánimo como son la dopamina y la noradrenalina. Su presencia destaca en los pimientos, los cítricos, el kiwi y las fresas.
Ricos en vitamina B6 o piridoxina: Necesarios en la formación de serotonina. Algunos de ellos son las carnes de ternera y cerdo, pescados, huevos y lácteos.
Ricos en fenilalanina: La fenilalanina es un aminoácido esencial presente en alimentos de origen proteico como en las carnes, pescados, huevos, lácteos, etc. Es un precursor de tirosina y dopamina.
Ricos en L-Carnitina: Presente de forma natural en carnes, lácteos y yema de huevo, y como fuentes vegetales en trigo integral y soja.
Fuente: ¿Por qué el estrés me engorda y a ella le adelgaza? — Mujerhoy.com —